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Colegio Mayor Loyola
El Colegio Mayor Loyola se encuentra en la Ciudad Universitaria de Madrid. Fue fundado a finales de la década de los 60 por Don Manuel Fraga Iribarne, e inaugurado por el anterior Jefe del Estado, también de origen gallego. En el año 2005, fue destruido por un tsunami que arrasó la zona, aunque mantuvo intacta la estructura principal del edificio, muy fortalecido gracias al frecuente consumo de cocaína en el interior. Tras dos años de reformas con materiales procedentes de Chernobyl y de las canteras de Plovdiv, y tras un recubrimiento con asbesto (ver: síndrome del edificio enfermo), el Loyola reabrió sus puertas en septiembre de 2007. Entre sus nuevos 200 inquilinos había individuos de todo pelaje, algunos eran un poco frikis, y otros estaban sencillamente locos. La cafetería perteneció inicialmente a una familia de mutantes radiactivos. Al padre le estalló el bazo y se lo tuvieron que coser de nuevo, aunque al levantarse para orinar se le destrozó del todo y tuvo que ser definitivamente extirpado. La hija mayor había sufrido un accidente con un rastrillo en su rostro, granjeándose el amor de Ali Yoli, un sudamericano meningítico. El escaso gusto de la familia por la higiene, su afición a arrojar sevilleteros y hielos a la gente en general y la negativa del padre (el Mafias) a pagar la renta, determinaron la salida de los mutantes y la llegada de unos argentinos con problemas de hipotiroidismo. La vida transcurrió con tranquilidad más o menos ininterrumpida durante tres años, solo rota por algunos acontecimientos puntuales como orgías multitudinarias (trenecitos), vaciamiento de extintores, inundación de un sótano y una defecación gigante en el tercer piso cuya autoría y su pertenencia o no a un ser de este mundo siguen siendo una incógnita. Ello dio origen a la célebre canción de Lord Entity en el ensayo de la Gala de Navidad de aquel año(Buenas noches, hasta mañana, la mierda del tercero y yo nos vamos a la cama...) También cabe destacar una reunión en el Aula 1 que terminó en vómitos, lanzamiento de fregonas y arrancamiento de teléfono con la agravante de ensañamiento, si bien es cierto que, según la versión de los testigos presenciales, fue el propio teléfono quien intentó suicidarse arrojándose al inodoro, debido a los constantes efluvios y olores procedentes del comedor, a solo unos metros de distancia, que el pobre teléfono debía soportar(ver: broza). Como se deduce de estos acontecimientos, que revelan el excelente estado de salud y gran sentido del humor de los primeros loyolos, la comunidad colegial era feliz.
En el verano de 2010, el jefe supremo Porky Pig decidió relevar a la antigua Dirección e instauró un gobierno títere para controlar a los colegiales. Esta decisión vino motivada en gran medida por la sangriada de 2010, cuando las imágenes de varios jóvenes desnudos frotándose los unos contra los otros y practicando sexo sin penetración en la cafetería dieron la vuelta al mundo. Porky reclutó a un aficionado a los cafés (y a todo en general), el célebre periodista John Maynard Burgman, ganador de tres premios Pulitzer, para hacerse cargo del centro. Con la colaboración de Randall, una rata traidora que había colaborado con el Mossad degollando nazis octogenarios con navajas de afeitar mientras dormían (muy peligrosa a pesar de su raquitismo, ver Gryma Lengua de Serpiente, Las Dos Torres), se iniciaron purgas y juicios sumarios contra colegiales por el simple hecho de poner la música alta, salir al balcón un momento a hacer el pino o beber alcohol. Eso sí, las felaciones en las paradas del autobús se mantuvieron como si fueran algo normal y corriente, cuando todos sabemos que en Madrid de noche hace frío y puede resultar perjudicial para la salud (ver: labios brisados, congelación de testículos, expedición de Amundsen a la Antártida, Batalla de Stalingrado, Leonardo Di Caprio, Titanic). Para luchar contra la política autoritaria de Burgman se creó un grupo de resistencia conocido como "La Comisión" que empleó tácticas de guerra de guerrillas, como llamadas a colaboracionistas del Régimen a altas horas de la madrugada, escritos en el corcho, vandalismo variado y dar vivas a Francis, lo cual ponía a Burgman de muy mala ostia. En el verano de 2011, la mayoría de miembros de la resistencia abandonaron el Loyola, y Burgman creyó que tenía carta blanca para hacer su voluntad, aunque no era consciente de lo equivocado que estaba. Desde 2011, la guerrilla le ha golpeado en numerosas ocasiones, incluso con la colaboración de fuerzas chinas provistas de vehículos ligeros. La policía municipal en una ocasión se posicionó de parte de los rebeldes, obligando a Burgman a aguantarlos toda una tarde tomando copas dentro de su feudo, en lo que probablemente fue el momento más ridículo de la historia del Régimen.
En la actualidad, la situación política en la región es inestable, y el futuro, incierto.
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